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Abr.2008
Anunciadas las bodas de Zeus, todos los animales le honraron con obsequios, cada uno según sus medios. La serpiente subió hasta Zeus arrastrándose, con una rosa en la boca. Más al verla dijo Zeus:
– De todos acepto sus obsequios, pero no los quiero de tu boca.
No debemos confiarnos de las aparentes bondades de los malvados.