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Nov.2008
Ulises, ya viejo y cansado, volvía a su casa ansioso por ver de nuevo a Penélope, su esposa.
Joven aún se había despedido de ella para ir como combatiente a la guerra de Troya.
Volvía viejo, porque la guerra había durado tantos años, que no le bastaban los dedos de la mano para contarlos.
Pronto volveré a ver a mi querida Penélope —pensaba recostado en la borda de su barco—. Se le debe de haber vuelto blanco el cabello de tanto esperarme.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles