11
Nov.2008
De pronto enfermaste y no supe porque. Yo era tu protector y falle. Desde el principio debí protegerte y no se como esto empezó. Desde que naciste estuve a tu lado. En las buenas y las malas te acompañe, aunque nunca lo supiste. Aunque a veces creo que lo sospechaste y que de alguna manera te enteraste. Ahora yaces en cama, enferma. Sintiendo tu vida escapar de tu ser. Los médicos no saben que tienes. Yo tampoco y por eso mi desesperación. La luz de tu vida se apaga. Tus fuerzas parecen escapar de tí. Te han hecho estudios de todo y nadie explica ni dice lo que quiero saber. ¿Qué tienes? ¿Y si vas a estar bien?
He hecho todo lo que puedo, todo lo que esta a mi alcance. Tome mi poder y esperanza y la transforme en fuerza y te la di. La fuerza que te di escapo y se esfumo, tu cuerpo no la retuvo. Es como si tu misma la hubieras rechazado. Brille y con mi luz tu cuerpo bañe. Con luz y esperanza te envolví, para devolverle la chispa a tu vida. Pero aunque brille y brille durante días, no restaure tu luz. Fue como si me hubieras ignorado todo ese tiempo y mi luz nunca te hubiera alcanzado.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles