2
Mar.2009
Un capellán estaba comiendo en la posada de una aldea un palomino asado cuando entró un caminante y pidió al posadero que le diese algo de comer.
El posadero le contestó que lo único que le quedaba era un palomino y ya se lo había preparado al capellán.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles