27
Abr.2008
Se hallaba hambriento un lobo, y vagaba en busca de su comida. Llegó a una choza y oyó a un niño que lloraba y a su niñera que le decía:
— No llores, mi niño, porque te llevo donde el lobo.
Creyendo el lobo aquellas palabras, se quedo esperando por mucho tiempo. Y llegada la noche, la niñera, cuando arrullaba al niño le cantaba:
— Si viene el lobo, lo mataremos.
Al oír el lobo las nuevas palabras, siguió su camino meditando:
— En esta casa dicen primero una cosa, y después quieren hacer otra muy diferente.
Más importante que las palabras, son los actos de amor verdadero.