28
Feb.2011
En las lindes de un gran bosque vivía un leñador con su mujer y su única hija, una niña de tres años. Eran tan pobres, que ni siquiera podían disponer del pan de cada día, y no sabían qué dar de comer a su hijita. (más…)
14
Oct.2009
Era yo muy joven. Trabajaba como aprendiz junto al Campanero de Sijena. Llegó a oidos de mi maestro que andaban buscando a alguien para tocar en la Abadía de Santa María de Alquézar. Hacia esa Villa me encaminó. Nada más llegar, subí a ver al Abad. Un hombre normal, ni muy viejo ni muy joven, muy delgado, eso sí, y con una mirada sombría y triste. Apenas habló conmigo. Me aconsejó una casa de huéspedes, me adelantó el sueldo de una semana y me dejó junto a la puerta de la Torre del Campanario. Sólo me dijo:
-Después de la primera noche, hablaremos despacio.
-Después de la primera noche, hablaremos despacio.