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Abr.2008
– No andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada, -decía una langosta a su hija-.
– Madre -repuso ésta- tú, que quieres enseñarrme, camina derecha y yo te miraré y te imitaré.
Antes de decir un consejo, primero dalo con tu ejemplo.
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Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación