– No quiero revivir el recuerdo de mis antiguos males, y por eso prefiero alojarme en lugares apartados.
Los bienes y los males recibidos, siempre quedan atados a las circunstancias que los rodearon.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Tolerancia
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles
Un lobo que pasaba cerca de una fuente, vio allí a unos pastores que cenaban las carnes de un cordero. Acercándoseles, les dijo:
-¡Qué escándalo habría ya si fuera yo quien estuviera haciendo lo que ustedes hacen!
Una cosa es lo que el dueño con todo derecho decida sobre su propiedad, y otra lo que haga el ladrón con lo que no le pertenece.
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No dejaba un león de quejarse ante Prometeo.
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Un bandido que había asesinado a un hombre en un camino, al verse perseguido por los que allí se encontraban, abandonó a su víctima ensangrentada y huyó. Pero viéndole unos viajeros que venían en sentido contrario, le preguntaron por qué llevaba las manos tintas; a lo que respondió que acababa de descender de una morera.
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Una mañana un Oso salió de su cueva y, hallándose amenazado por una Serpiente, le dijo:
-Sé que piensas morderme e inyectarme tu veneno, pero ¿no crees que yo puedo aplastarte la cabeza?
A lo que la Serpiente contesta:
-Si te muerdo puedes aún aplastarme la cabeza, pero minutos después morirás.
Por lo tanto, dándose cuenta que ambos podrían perder la vida, el Oso y la Serpiente tomaron caminos separados.
De nuestro compañero Geovanni Andrade, 19 años.
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Envidiosas las abejas a causa de la miel que les arrebataban los hombres, fueron en busca de Zeus y le suplicaron que les diera fuerza bastante para matar con las punzadas de su aguijón a los que se acercaran a sus panales.
Zeus, indignado al verlas envidiosas, las condenó a perder su dardo cuantas veces hirieran a alguno y a morir ellas mismas después.
La envidia no es buena consejera, más bien nos puede llevar a perder lo que ya poseemos.
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Zeus: Dios de la mitología griega