Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.
La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.
Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo:
– Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.
Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde.
Para celebrar sus bodas, Zeus invitó a todos los animales. Sólo faltó la tortuga.
Intrigado por su ausencia, le preguntó al día siguiente:
– ¿Cómo solamente tú entre todos los animales no viniste a mi festín?
– ¡Hogar familiar, hogar ideal! -respondió la tortuga-.
Zeus, indignado contra ella, la condenó a llevar eternamente la casa a cuestas.
No nos encerremos en nuestro pequeño mundo. Ampliemos nuestro horizonte compartiendo sanamente con nuestro alrededor.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación
Caminaban dos hombres en compañía. Habiendo encontrado uno de ellos un hacha, el otro dijo:
– Hemos encontrado un hacha.
– No digas -repuso el primero- «hemos encontrado», sino «has encontrado».
Instantes después fueron alcanzados por el hombre que había perdido el hacha; y el que la llevaba, al verse perdido, dijo a su compañero:
– Estamos perdidos.
– No digas -replicó éste- «estamos perdidos», sino «estoy perdido», porque cuando encontraste el hacha no me has admitido como parte en tu hallazgo.
Si no estamos dispuestos a compartir nuestros éxitos, tampoco esperemos que nos soporten en la desgracia.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación
Etiqueta ayuda, cooperación, esopo, fabula, hacha, infantil, juvenil, valores, viandantes
Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia.
Les llamó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
– ¡Ahí tienen! -les dijo el padre-. Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad.
Nunca olvides que en la unión se encuentra la fortaleza.
Vocabulario:
Exhortaciones: consejos. Gavilla: fajo, manojo. Haz: manojo.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación
Se alistaban los lobos y los perros a luchar. Eligieron los perros como general a un perro griego. Pero éste parecía no tener prisa en iniciar la batalla y por ello le reclamaron.
¿Saben -contestó- por qué doy tiempo? Porque antes de actuar siempre es bueno deliberar. Los lobos todos son de la misma raza, talla y color, pero nosotros somos de costumbres muy diferentes, y procedemos de diversas regiones de las cuales cada uno estamos orgullosos. Nuestros uniformes no son parejos como los de ellos, tenemos rubios, negros, blancos y cenicientos. ¿Cómo voy a empezar una guerra con soldados tan disparejos? Primero debo idear cómo nivelar a mi gente.
Cuando de asociarse se trata, cuanto más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito.
Vocabulario:
Alistar: prepararse, disponerse. Cenicientos: grisáceos. Disparejo: diferente.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación
Había un hombre que odiaba a una zorra porque le causaba algunos daños ocasionalmente.
Después de mucho intentarlo, pudo al fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha empapada en aceite y le prendió fuego.
Pero un dios llevó a la zorra a los campos que cultivaba aquel hombre.
Era la época en que ya se estaba listo para la recolección del producto y el labrador, siguiendo a la raposa, contempló llorando cómo al pasar ella por sus campos se quemaba toda su producción.
Procura ser comprensivo e indulgente, pues siempre sucede que el mal que generamos, tarde o temprano se regresa en contra nuestra.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Cooperación
Una zorra saltaba sobre unos montículos, y estuvo de pronto a punto de caerse. Y para evitar la caída, se agarró a un espino, pero sus púas le hirieron las patas, y sintiendo el dolor que ellas le producían, le dijo al espino:
– ¡Acudí a ti por tu ayuda, y más bien me has herido!
A lo que respondió el espino:
– ¡Tu tienes la culpa, amiga, por agarrarte a mí, bien sabes lo bueno que soy para enganchar y herir a todo el mundo, y tú no eres la excepción!
Nunca pidas ayuda al que acostumbra a hacer el daño.
Vocabulario:
Espino: arbusto rosáceo de flores blancas.
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Habiendo encontrado un león y un oso al mismo tiempo a un cervatillo, se retaron en combate a ver cuál de los dos se quedaba con la presa.
Una zorra que por allí pasaba, viéndolos extenuados por la lucha y con el cervatillo al medio, se apoderó de éste y corrió pasando tranquilamente entre ellos.
Y tanto el oso como el león, agotados y sin fuerzas para levantarse, murmuraron:
– ¡Desdichados nosotros! ¡Tanto esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo quedara para la zorra!
Por empeñarnos en no querer compartir, podemos perderlo todo.
Vocabulario:
Extenuado: abatido.
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Obligada por la sed, una hormiga bajó a un manantial, y arrastrada por la corriente, estaba a punto de ahogarse.
Viéndola en esta emergencia una paloma, desprendió de un árbol una ramita y la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga salvándola.
Mientras tanto un cazador de pájaros se adelantó con su arma preparada para cazar a la paloma. Le vio la hormiga y le picó en el talón, haciendo soltar al cazador su arma. Aprovechó el momento la paloma para alzar el vuelo.
Siempre corresponde en la mejor forma a los favores que recibas. Debemos ser siempre agradecidos.
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– No andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada, -decía una langosta a su hija-.
– Madre -repuso ésta- tú, que quieres enseñarrme, camina derecha y yo te miraré y te imitaré.
Antes de decir un consejo, primero dalo con tu ejemplo.
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