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Abr.2009
En las afueras de la ciudad, escondida entre los arboles y al lado de un pequeño riachuelo, se encontraba una pequeña casita, que cambiaba de colores dependiendo de lo que su único habitante estuviera sintiendo mientras leía.
El habitante de la casita era un duende al que sus amiguitos llamaban el duendecito lector, pues le gustaba mucho leer.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles