Raptó un milano a una culebra, elevándose por los aires. La culebra se volvió y le mordió, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio, y el milano murió. Dijo entonces la culebra:
– ¡Insensato! ¿Por qué has querido hacer mal a quien no te lo hacía? En justicia has sido castigado por haberme raptado sin razón.
Nunca busques dañar a tu prójimo, no vaya a ser que sin que lo notes, sea más fuerte que tú, y te haga pagar tus injusticias.
Vocabulario
Milano: Pájaro que se alimenta de otros animales mas pequeños.
Categoría:Cibercuentos, Fábulas sobre la Tolerancia
Andaba un cuervo escaso de comida y vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra, despertando de su sueño, se volvió y la mordió. El cuervo viéndose morir dijo:
— ¡Desdichado de mí, que encontré un tesoro pero a costa de mi vida!
Antes de querer poseer algún bien, primero hay que valorar si su costo vale la pena.
Una víbora acostumbraba a beber agua de un manantial, y una culebra de agua que habitaba en él trataba de impedirlo, indignada porque la víbora, no contenta de reinar en su campo, también llegase a molestar su dominio.
A tanto llegó el enojo que convinieron en librar un combate: la que consiguiera la victoria entraría en posesión de todo. Fijaron el día, y las ranas, que no querían a la culebra, fueron donde la víbora, incitándola y prometiéndole que la ayudarían a su lado.
Empezó el combate, y las ranas, no pudiendo hacer otra cosa, sólo lanzaban gritos.
Ganó la víbora y llenó de reproches a las ranas, pues en vez de ayudarle en la lucha, no habían hecho más que dar gritos. Respondieron las ranas:
– Pero compañera, nuestra ayuda no está en nuestros brazos, sino en las voces.
En la lucha diaria tan importante es el estímulo como la acción.