Conducía Hermes un día por toda la tierra una carreta cargada de mentiras, engaños y malas artes, distribuyendo en cada país una pequeña cantidad de su cargamento.
Más al llegar al país de los malvados, los astutos y los aprovechados, la carreta, según dicen, se atascó de pronto, y los habitantes del país, como si se tratara de una carga preciosa, saquearon el contenido de la carreta, sin dejar a Hermes seguir a los otros pueblos.
Por eso los malvados, los astutos y los aprovechados son los mayores mentirosos de la tierra.
Arrastraban unos bueyes una carreta cuyo eje chirriaba ruidosamente. Se volvieron aquellos a la carreta diciendo:
– Oye amiga, somos nosotros quienes llevamos la carga, ¿y eres tú quien se queja?
En la vida encontrarás a muchos que se fingen cansados de ver trabajar a otros.
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