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Oct.2008
Existió hace mucho tiempo, en la tierra de los guardianes de los cerros, un alma resplandeciente, transparente y cristalina como el agua, reparadora y cautivante como la brisa que refresca las tardes de verano.
Había caído del cielo cierto día, sin darse cuenta, quedando convertida en un alma que inundaba de dicha y color cada lugar que sus pies tocaban.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles