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Abr.2009
Había en una aldea lejana dos animalitos que vivían en sus casitas, una frente a otra. Uno de ellos se llamaba don Cigüeño Zanquilargo. Su vecino, don Zorillo Chungoncete, era un zorro que siempre estaba urdiendo bromas para divertirse a costa de los demás.
– Cómo me arreglaré para burlarme de don Cigüeño? -cavilaba el zorro. Estuvo pensando y pensando, y finalmente halló la solución.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles