7
Nov.2008
Blanda, pura, plácida, sencilla y buena, así era la vida de Juan Lanitas. Nunca le hizo mal a nadie y, al contrario, todo el empeño de sus días fue el de hacer el bien, así fuera el de comprar a un niño todas las golosinas que apeteciera, hasta conseguirle la más perfecta indigestión, como el de soportar sobre sus propias espaldas el peso que llevaban los asnos de los campesinos. Estos, que ya conocían de malicia la buenura de Juan, aprovechaban tales ocasiones para hacerle más liviano, en compensación, el peso de los bolsillos.
Juan tenía nueve hijos y siempre estaba agradeciendo la generosidad y sacrificio de su mujer, porque la mayor parte de ellos se los había dado durante largos años que duró Lanitas ausente, como sobrestante de una mina en el Chocó.
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Categoría:Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles