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May.2008
Había una granjera que se llamaba Pamela y tenía muchos gatos. Había un gato llamado Tomi. Un día el gato se comió un ratón y el veterinario vino a la granja y le dijo que comiera guisantes. El gato le ha hecho caso y el gato desde entonces no se puso malo y no ha vuelto a comer ratones. «¡Tienes que comer guisantes, no tienes que comer comida de gatos!» le decía Pamela. Pero Tomi sabía que Pamela no tenía dinero y prefería comer ratones.
FIN
De nuestro compañero Nikola Iliev Pitanov, 8 años.
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles