22
May.2008
En un reino de un lugar muy lejano había un palacio muy grande y hermoso en donde vivían los reyes de un pueblo muy chico y acogedor. El Rey Santiago y la Reina Mariana, estos reyes vivían muy felices y tenían un hijo llamado; Luis. Este chico en verdad era un niño muy bonito, sus papás vivían para darle todo lo que el niño quería su mamá le entregaba el cuerpo, el alma y el corazón.
Luis desde muy chiquito fue un niño muy querido, no solamente por sus padres si no por toda la gente que trabajaba en el palacio real en servicio de los reyes, Luis estaba acostumbrado a que todas las actividades que realizaba y sus cosas personales se las realizaran los “sirvientes” como el los llamaba; sin embargo su madre la Reina trataba de dedicarse a su familia, como cualquier otra madre del pueblo, pero por las distintas actividades que realizaba era muy difícil para ella. Pero aun con sus ocupaciones hacía que fueran una familia muy unida, comían todos juntos y los reyes compartían sus problemas como esposos que eran; por lo que la Reina era “un pilar muy fuerte en la familia”.
Luisito creció con el paso de los años, como era un niño de una familia Real, él recibió una educación muy especial, y aunque la Reina atendía a la familia, con el paso de los años el Rey tenía más obligaciones, y por lo que ya casi no podía estar con su familia con la consecuencia de que ya casi no veía a su familia; es decir, “ya no tenía tiempo para estar con su familia”.
Luis se volvió un niño apático, déspota, altanero y demasiado grosero con toda la gente que estaba a su servicio.
Con el pasó de los años, el niño creció un poco más y se convirtió en todo un adolescente; pero un día la Reina se empezó a enfermar, y la enfermedad avanzó con gravedad y llegó un triste día en que la Reina tristemente falleció pocos días después.
Aunque Luis era un niño muy caprichoso, y déspota era un niño muy solitario y que con el vació que había dejado su mamá la Reina era casi imposible que alguna persona en el mundo tolerara a Luis.
La pérdida de su madre fue algo muy duro para él, así que casi no pudo superarlo entonces se volvió mucho más grosero y altanero y grosero, a su papá Luis casi ni lo veía ni en pintura, por tantas obligaciones que él tenía.
Pero el Rey pasaba muchos días de viaje fuera del palacio y el pueblo en que vivían, y un buen día llegó para sorpresa de todos y principalmente de Luis, ordenó que sirvieran la comida por que iba a comer con su hijo y esto dejo más sorprendido a los sirvientes y al propio Luis.
Cuando el Rey llego al palacio tenía poco tiempo de entrar una niña muy carismática, simpática que trabajaba en el palacio llamada Josefina, provenía de una familia muy humilde pero de una familia muy unida y con mucho amor entre los integrantes de su familia, tenia dos hermanos, una hermana y su madre solamente ya que su padre que había sido un hombre trabajador, responsable y muy cariñoso con sus hijos desgraciadamente había fallecido en un trágico accidente, por lo que sus hermanos son los que se estaban haciendo responsables de los gastos de la casa y su hermana al igual que Josefinas se dedicaban a ser sirvientas en las grandes casas o palacios.
Luis junto con su padre se dispusieron a comer, aunque estaban en la casa pareciera que eran desconocidos, valla comentaban los criados “dos desconocidos hablarían más que ellos”. Entre la comida su padre intentó platicar con Luis pero el no contestaba la menor provocación o pregunta.
Con el paso de los días Josefina solía platicar mucho con el Rey desde el día que llegó a la casa aunque al Rey no le gustaba platicar con ningún “criado”; Josefina le inspiraba demasiada confianza y platicaban de muchas cosas, sueños e ideas.
El Rey trataba de buscar a Luis pero este se renegaba el rey en verdad quería arreglar y explicar la situación por la que le estaban pasando pero Luis nunca le dio oportunidad de que el su padre le expresara sus sentimientos.
Pero entre mas pasaba el tiempo Luis era muy grosero y caprichoso y a su propio padre le reclamaba la muerte de su madre, sin consideración.
Un día el rey se cansó de tanto estar esperando a que Luis no fuera tan grosero y materialista así que tomo una decisión y se la público en la hora de la comida por lo que comenzó diciendo: – “¿A ti que es lo que mas te gusta de estar viviendo en el palacio Luis?”- . “A mí me gusta que todos los criados me sirvan, en verdad todo menos verte a tí.”- contestó el Rey – “En vista de que te molesta tanto mi presencia, es obvio que no podemos seguir estando juntos. ¿No crees?”.- Luis replicó con prepotencia – “Pues vete de viaje como siempre lo has hecho” – al Rey se le llenaron sus ojos de lagrimas y dijo- “No ya no como sabes ya no saldré de viaje supongo que hago más falta aquí en el palacio, sin embargo he tomado la decisión de nos separaremos un tiempo tu te iras a vivir a otro lado”- Luis se molesto y lo miró. Mientras tanto el Rey le decía – “hable con Josefina y ella y toda su familia están dispuestos a aceptarte en su casa así que prepara tus cosas por que mañana te llevaran los sirvientes”.
Al día siguiente ya estando en casa de Josefina que era una casa de maderas ubicada en medio del campo, Josefina y toda su familia estaban muy contentos y se sentían muy honrados de que Luis estuviera en su casa. Como era de esperarse Luis llego con una actitud muy apática, aunque todos lo recibieron con alegría el no mostraba la mínima consideración aunque se dio cuenta de la pobreza en que vivían y que la medre y los hermanos de Josefina le trataban de dar todo a lo que el estaba acostumbrado para que el se sintiera mejor.
Con el paso de los días su tuvo que hacer responsable de sus propias cosas, se le repartieron los quehaceres y esto a Luis le costo mucho acoplarse por que era una vida que el nunca había llevado; sin embargo aunque fue muy difícil poco a poco se fue adaptando y aprendió hacer las cosas, por las noches el pensaba que había ganado una familia hermanos (algo que nunca había tenido) y un amor maternal que nunca antes alguien le había dado.
Mientras tanto el Rey sufría una inmensa soledad en el palacio, de que le servia tener todo si no tenia lo que más quería en esta vida que era su hijo…al mismo tiempo Luis empezaba a extrañar a su padre aunque el lo creía imposible el lo extrañaba.
Varios meses después Luis había cambiado mucho en su manera de pensar y actuar con las personas se había vuelto un niño noble, amable y generoso y por su parte el Rey un hombre más dócil y con los sentimientos más a flor de piel.
El trato de rey con Josefina se había terminado por lo que el Rey tuvo que ir por Luis a la casa de Josefina este no sabía si llevar el carruaje real o ir solo pero ¿Cómo voy a caminar solo
por el campo? se preguntaba, finalmente decidió ir solo pese a su calidad jerárquica, sin embargo el no sabía como iba a reaccionar Luis.
Luis por su parte estaba esperando serenamente y callado al Rey, estaba vestido muy sencillamente no quiso usar la ropa con la que había llegado puesto que pensaba que el no era el mismo de antes.
Al llegar el Rey sólo; toda la familia de Josefina se sorprendió y el más sorprendido fue Luis. El Rey dio las gracias a Josefina y su familia se dirigió a Luis y se marcharon, Josefina y su familia con los ojos siguieron sus pasos hasta perderlos en el hermoso, Luis y el Rey iban muy callados ni uno ni otro sabían que decir de repente el Rey pregunto: “¿Qué te trajo esta experiencia?”- Luis contestó – “Sabes aprendí que nosotros necesitamos muros para marcar nuestro terreno, ellos sin embargo el campo les pertenece, necesitamos criados que nos sirvan y ellos hacen uno para servirse, necesitamos de luz para alumbrar nuestras noches y a ellos les alumbran las estrellas, nos tienen que llevar el agua limpia, a ellos les pasa el agua cristalina; ¿te das cuenta de todo lo que he perdido? – contesto el Rey- “Hemos perdido mucho, el palacio no es más que una caja de cristal con comodidades y que algún día se acaban”- eso es cierto contestó Luis- como la vida de mi madre termino de un día a otro… – de repente el rey contestó- ella vive entre nosotros si eso queremos, ella esta muerta pero por que nosotros la hemos sepultado por nuestras acciones. Luis callado y reflexionando miró hacia el frente y vio que habían llegado al palacio.
Ya era de noche el Rey y Luis no hablaron para nada cada quien se retiro a sus habitaciones a dormir.
Al día siguiente muy de mañana el rey despidió a todos los criados y les otorgo una muy buena remuneración a estos.
Cuando Luis se despertó miro por la ventana y vio que todos se marchaban, bajó de inmediato y le pregunto a su padre que pasaba y el le contestó: “Yo renuncio a todo por que; haya afuera existe un mundo que vivir y no entre muros y criados” – ¿Si allá afuera se es feliz nos iremos para serlo? – Luis replicó- estas seguro de que ya no quieres ser Rey así es que renuncie a todo para ganarte a ti si mi tiempo valía algún precio, ahora te lo quiero regalar- Luis sonrió y con lagrimas en los ojos abrazo a su papá.
Regalaron los lujos de entre los más pobres y solo se quedaron con lo más indispensable para vivir; construyeron una casa en medio del campo cerca de la casa de Josefina y vivieron muy felices para siempre y en su mente y corazón volvió a vivir la Reina “Mariana” su reina para toda la vida.
Luisito creció con el paso de los años, como era un niño de una familia Real, él recibió una educación muy especial, y aunque la Reina atendía a la familia, con el paso de los años el Rey tenía más obligaciones, y por lo que ya casi no podía estar con su familia con la consecuencia de que ya casi no veía a su familia; es decir, “ya no tenía tiempo para estar con su familia”.
Luis se volvió un niño apático, déspota, altanero y demasiado grosero con toda la gente que estaba a su servicio.
Con el pasó de los años, el niño creció un poco más y se convirtió en todo un adolescente; pero un día la Reina se empezó a enfermar, y la enfermedad avanzó con gravedad y llegó un triste día en que la Reina tristemente falleció pocos días después.
Aunque Luis era un niño muy caprichoso, y déspota era un niño muy solitario y que con el vació que había dejado su mamá la Reina era casi imposible que alguna persona en el mundo tolerara a Luis.
La pérdida de su madre fue algo muy duro para él, así que casi no pudo superarlo entonces se volvió mucho más grosero y altanero y grosero, a su papá Luis casi ni lo veía ni en pintura, por tantas obligaciones que él tenía.
Pero el Rey pasaba muchos días de viaje fuera del palacio y el pueblo en que vivían, y un buen día llegó para sorpresa de todos y principalmente de Luis, ordenó que sirvieran la comida por que iba a comer con su hijo y esto dejo más sorprendido a los sirvientes y al propio Luis.
Cuando el Rey llego al palacio tenía poco tiempo de entrar una niña muy carismática, simpática que trabajaba en el palacio llamada Josefina, provenía de una familia muy humilde pero de una familia muy unida y con mucho amor entre los integrantes de su familia, tenia dos hermanos, una hermana y su madre solamente ya que su padre que había sido un hombre trabajador, responsable y muy cariñoso con sus hijos desgraciadamente había fallecido en un trágico accidente, por lo que sus hermanos son los que se estaban haciendo responsables de los gastos de la casa y su hermana al igual que Josefinas se dedicaban a ser sirvientas en las grandes casas o palacios.
Luis junto con su padre se dispusieron a comer, aunque estaban en la casa pareciera que eran desconocidos, valla comentaban los criados “dos desconocidos hablarían más que ellos”. Entre la comida su padre intentó platicar con Luis pero el no contestaba la menor provocación o pregunta.
Con el paso de los días Josefina solía platicar mucho con el Rey desde el día que llegó a la casa aunque al Rey no le gustaba platicar con ningún “criado”; Josefina le inspiraba demasiada confianza y platicaban de muchas cosas, sueños e ideas.
El Rey trataba de buscar a Luis pero este se renegaba el rey en verdad quería arreglar y explicar la situación por la que le estaban pasando pero Luis nunca le dio oportunidad de que el su padre le expresara sus sentimientos.
Pero entre mas pasaba el tiempo Luis era muy grosero y caprichoso y a su propio padre le reclamaba la muerte de su madre, sin consideración.
Un día el rey se cansó de tanto estar esperando a que Luis no fuera tan grosero y materialista así que tomo una decisión y se la público en la hora de la comida por lo que comenzó diciendo: – “¿A ti que es lo que mas te gusta de estar viviendo en el palacio Luis?”- . “A mí me gusta que todos los criados me sirvan, en verdad todo menos verte a tí.”- contestó el Rey – “En vista de que te molesta tanto mi presencia, es obvio que no podemos seguir estando juntos. ¿No crees?”.- Luis replicó con prepotencia – “Pues vete de viaje como siempre lo has hecho” – al Rey se le llenaron sus ojos de lagrimas y dijo- “No ya no como sabes ya no saldré de viaje supongo que hago más falta aquí en el palacio, sin embargo he tomado la decisión de nos separaremos un tiempo tu te iras a vivir a otro lado”- Luis se molesto y lo miró. Mientras tanto el Rey le decía – “hable con Josefina y ella y toda su familia están dispuestos a aceptarte en su casa así que prepara tus cosas por que mañana te llevaran los sirvientes”.
Al día siguiente ya estando en casa de Josefina que era una casa de maderas ubicada en medio del campo, Josefina y toda su familia estaban muy contentos y se sentían muy honrados de que Luis estuviera en su casa. Como era de esperarse Luis llego con una actitud muy apática, aunque todos lo recibieron con alegría el no mostraba la mínima consideración aunque se dio cuenta de la pobreza en que vivían y que la medre y los hermanos de Josefina le trataban de dar todo a lo que el estaba acostumbrado para que el se sintiera mejor.
Con el paso de los días su tuvo que hacer responsable de sus propias cosas, se le repartieron los quehaceres y esto a Luis le costo mucho acoplarse por que era una vida que el nunca había llevado; sin embargo aunque fue muy difícil poco a poco se fue adaptando y aprendió hacer las cosas, por las noches el pensaba que había ganado una familia hermanos (algo que nunca había tenido) y un amor maternal que nunca antes alguien le había dado.
Mientras tanto el Rey sufría una inmensa soledad en el palacio, de que le servia tener todo si no tenia lo que más quería en esta vida que era su hijo…al mismo tiempo Luis empezaba a extrañar a su padre aunque el lo creía imposible el lo extrañaba.
Varios meses después Luis había cambiado mucho en su manera de pensar y actuar con las personas se había vuelto un niño noble, amable y generoso y por su parte el Rey un hombre más dócil y con los sentimientos más a flor de piel.
El trato de rey con Josefina se había terminado por lo que el Rey tuvo que ir por Luis a la casa de Josefina este no sabía si llevar el carruaje real o ir solo pero ¿Cómo voy a caminar solo
por el campo? se preguntaba, finalmente decidió ir solo pese a su calidad jerárquica, sin embargo el no sabía como iba a reaccionar Luis.
Luis por su parte estaba esperando serenamente y callado al Rey, estaba vestido muy sencillamente no quiso usar la ropa con la que había llegado puesto que pensaba que el no era el mismo de antes.
Al llegar el Rey sólo; toda la familia de Josefina se sorprendió y el más sorprendido fue Luis. El Rey dio las gracias a Josefina y su familia se dirigió a Luis y se marcharon, Josefina y su familia con los ojos siguieron sus pasos hasta perderlos en el hermoso, Luis y el Rey iban muy callados ni uno ni otro sabían que decir de repente el Rey pregunto: “¿Qué te trajo esta experiencia?”- Luis contestó – “Sabes aprendí que nosotros necesitamos muros para marcar nuestro terreno, ellos sin embargo el campo les pertenece, necesitamos criados que nos sirvan y ellos hacen uno para servirse, necesitamos de luz para alumbrar nuestras noches y a ellos les alumbran las estrellas, nos tienen que llevar el agua limpia, a ellos les pasa el agua cristalina; ¿te das cuenta de todo lo que he perdido? – contesto el Rey- “Hemos perdido mucho, el palacio no es más que una caja de cristal con comodidades y que algún día se acaban”- eso es cierto contestó Luis- como la vida de mi madre termino de un día a otro… – de repente el rey contestó- ella vive entre nosotros si eso queremos, ella esta muerta pero por que nosotros la hemos sepultado por nuestras acciones. Luis callado y reflexionando miró hacia el frente y vio que habían llegado al palacio.
Ya era de noche el Rey y Luis no hablaron para nada cada quien se retiro a sus habitaciones a dormir.
Al día siguiente muy de mañana el rey despidió a todos los criados y les otorgo una muy buena remuneración a estos.
Cuando Luis se despertó miro por la ventana y vio que todos se marchaban, bajó de inmediato y le pregunto a su padre que pasaba y el le contestó: “Yo renuncio a todo por que; haya afuera existe un mundo que vivir y no entre muros y criados” – ¿Si allá afuera se es feliz nos iremos para serlo? – Luis replicó- estas seguro de que ya no quieres ser Rey así es que renuncie a todo para ganarte a ti si mi tiempo valía algún precio, ahora te lo quiero regalar- Luis sonrió y con lagrimas en los ojos abrazo a su papá.
Regalaron los lujos de entre los más pobres y solo se quedaron con lo más indispensable para vivir; construyeron una casa en medio del campo cerca de la casa de Josefina y vivieron muy felices para siempre y en su mente y corazón volvió a vivir la Reina “Mariana” su reina para toda la vida.
FIN
De nuestra compañera Alma Yessenia, 18 años
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles