13
Jul.2008
Cada noche al acostarme miraba la cara de la luna y sabía que del otro lado de ese enorme cristal, podía ver el rostro de mi papito que se encontraba lejos. A veces mis ojitos se volvían también cristalinos pero la agarraba con mucha fuerza, como él me enseño para montar mi bicicleta y esperaba el día en que él estuviera a mi lado para poder verla juntos.
De nuestra compañera Nicole Miranda, 7 años, dedicado con especial amor a su papá Jorge Miranda.
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles