Dentro de la clasificación de las funciones se encontraban las estrellas nocturnas, que contaban con la función de iluminar y embellecer la noche con su luz, de igual manera, sus formaciones servirían como guía para la orientación de los navegantes, tema de estudio para los astrólogos y cobijo para los amantes y amores enternecidos.
Pero sólo las mejores, sólo una de cada 100 mil millones de ellas alcanzarían el nivel máximo en la labor y servicio de una estrella. Estas debían ser las más hermosas y brillantes, además que tendrían que contar con la habilidad y sensibilidad para escuchar y comprender la mente de los humanos; con aquella singular belleza que las caracteriza cuando cubren el cielo nocturno, esas que llaman nuestra atención de manera singular y que miramos nostálgicos cuando nos sentimos tristes, defraudados o vencidos y frente a las que nos ponemos a pensar y reflexionar e incluso a desear. Aquellas que se encontraban en este nivel, fueron llamadas ESTRELLAS DE LOS DESEOS, cuya principal labor es buscar en nuestro interior los verdaderos anhelos para guiarnos por el camino de la felicidad.
Todo esto es lo tratado dentro de la convención; se asignan lugares según inspección de su desempeño y al término de la evaluación de estos elementos se procede a iniciar la convención, dirigida por Isis, la hija mayor de la estrella máxima, el Sol, diciendo:
– Nos encontramos aquí reunidos, hoy como cada cinco mil años con el único fin de determinar nuestros destinos sabiendo que la labor que nos sea encomendada debe llevarse a cabo con perfección total y así brindar a los seres humanos una iluminación total tanto física como espiritual.
Y así, formadas en enormes e interminables filas, comenzaron a avanzar y después de recibida la orden de su misión eran de inmediato transferidas a sus labores.
Entre las filas destacaba una de las estrellas, muy inquieta, linda y juguetona llamada Aline, que era bien conocida en toda la constelación por sus juegos, travesuras y sobretodo por poseer la belleza de la luna y la presencia del Sol por ser la hija más pequeña de estos dos últimos.
Aline saltaba muy nerviosa mientras comentaba con una de las nubes que custodiaban y cuidaban que todo se llevase a cabo en orden:
– ¡Que emoción! No puedo creer que pronto estaré muy cerca de los humanos.
– Ten mucho cuidado con tus travesuras Aline – Comentó la nube custodia – Estoy segura de que serás una estrella de los deseos pero…
– ¡Lo siento! ¡Me llaman! ¡Deséame suerte! – Interrumpió Aline antes de escuchar los consejos de la nube custodia.
Por fin, frente al consejo mayor de estrellas, se puso muy seria y escuchó… el veredicto: Estrella de los deseos.
– Tú, como todas y cada una de las estrellas de los deseos, serás la encargada de cuidar, proteger y procurar la felicidad de los niños bueno, que por alguna razón no tienen aún la plenitud en su vida y que a pesar de su corta edad piden a gritos ser salvados. Te pedimos especial atención en el niño Mario Contreras, del cual te llevaremos de inmediato a su exacta ubicación. Vive en una casa hermosa, es un niño muy inteligente y destacado en su clase, pero a pesar de ser bueno no tiene amigos por que le falta mucha atención y amor de sus padres, la soledad lo tiene abatido y su extraño comportamiento no nos permite entender su sentir.
– Pero… ¿Cuál es su mayor deseo? – Preguntó Aline.
– No lo se – Dijo la estrella instructora – Eso tendrás que descubrirlo tú al escuchar sus oraciones cada noche y siendo capaz de penetrar hasta lo más profundo de su corazón. Sólo así descubrirás que es lo que en realidad anhela y necesita. Pero debes tener mucho cuidado por que si te acercas demasiado las consecuencias pueden ser terribles.
Dicho esto, Aline fue elevada y comenzó a brillar de manera intensa, como nunca antes lo había hecho, captando así la atención de todos los presentes quienes de inmediato la miraron con asombro y alegría, comenzaron a aplaudir y le desearon suerte.
Aline sintió en su interior gran calor e inmensa felicidad y en breves segundo fue lanzada con fuerza hacia su destino.
Viajo a través del espacio sideral a la velocidad de la luz y mientras realizaba este trayecto pensaba muy desconcertada:
– ¿Qué querrán decir acerca de las terribles consecuencias? ¡No debí abandonar mis clases de trato con los humanos! En fin, seré cuidadosa.
Aunque el trayecto fue un poco largo, por fin se encontraba frente al planeta tierra. La noche iba comenzando y con ella su misión.
Pronto ubicó la casa de Mario, brilló radiante y enfocó su mirada en cada uno de los movimientos del niño. Llegó en un momento especialmente importante por que Mario dormía y al despertar tendría ya 10 años.
Muy temprano, los sirvientes se dirigieron al cuarto de Mario para despertarlo con un frío y seco “Feliz Cumpleaños”. Se levantó y se dirigió al cuarto de sus padres con la esperanza de que se encontraran en casa y le dieran un cálido y sincero abrazo que por fin era lo único que esperaba para su cumpleaños, aunque la respuesta era casi esperada por él, su habitación estaba vacía.
Casi como un zombi Mario regresó a su cuarto, se vistió y bajó a tomar su desayuno, al terminar subió a un auto lujosísimo y su chofer lo llevó hasta donde se encontraba su escuela.
Ya en la institución se dirigió de inmediato a su lugar y mientras sus compañeros entraban al salón de clases, jugaban, brincaban, platicaban y reían, el sólo se quedó sentado en su lugar pensando “Un año más sintiendo que mi existencia en el mundo no es necesaria, ¡Como quisiera estar muerto! ¡Como quisiera no haber existido jamás! Así tal vez no sería una carga para mis padres ni para mi mismo”
Escuchando esto, Aline se puso muy triste y se dijo:
– Ahora se cual es el mayor deseo de Mario, pero ¡Me hace sentir tan mal! ¡¡No!! Es que no puede ser esa la solución ¡No puede!
Continuó el día y Mario se mostraba
muy atento durante todas sus clases, hasta parecía que se desconectaba del mundo real cuando trabajaba, lo hacía rápido y a la perfección. Al concluir su trabajo se dirigió a la profesora quien con ojos de misericordia y lástima le dijo:
– ¿Te pasa algo Mario? ¿Puedo ayudarte en algo?
– No gracias – Contesto Mario, se limitó a entregar su trabajo y regresar a su lugar.
La estrellita de los deseos se percató de los pensamientos de la maestra y así pudo escuchar:
– ¡Que triste! No es justo las cosas que Mario tiene que vivir. Sus padres han sido tan ególatras que han preferido abandonar a su hijo antes que perder su posición y prestigio. Lo mejor para él sería que encontrara a alguien que se hiciera cargo de proporcionarle lo único que le falta ¡Amor! Pero… ¿Yo que puedo hacer si todo lo que ha estado en mis manos lo he hecho ya? ¡Es irremediable! No puede existir tanto sufrimiento en un niño tan bueno ¡La vida no puede ser tan injusta!
La estrellita ponía mucha atención tratando de pensar cuál sería la mejor solución, la mejor alternativa, ¿Cómo podría brindar a Mario la felicidad que tanto anhelaba?
Terminado el día escolar Mario se dirigió a su casa y al llegar a ella se encerró en su habitación y comenzó a llorar; y lloro y lloro de tristeza, enojo, compasión y frustración. Mientras lloraba se repetía una y mil veces palabras tristes, deseos profundos y muy perturbadores, que eran justificados de acuerdo a su situación, decía cosa como.
– ¡Quisiera estar muerto! ¿Por qué nadie me quiere? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Ya no quiero estar aquí! ¡No me lo merezco! ¡Lo único que deseo es escuchar a mis padres decir que me quieren! ¿Por qué la vida no es justa conmigo? Yo sólo quisiera poder ayudar a las otras personas pero ¿Quién me ayuda a mí? ¡Odio la soledad! ¡La odio!
En tanto más lo escuchaba Aline más tristeza sentía en su corazón, después de 5 horas de llanto interminable, la estrellita de los deseos no pudo evitar sentir el mayor dolor que hubiese sentido jamás. Comenzó a llorar, tanto y con un sentimiento tan profundo que el cielo nocturno se cimbró, las nubes cubrieron a todas las estrellas mientras se reunía toda la tristeza de Aline y se manifestó de manera que en la tierra una tormenta grande y poderosa estremecía toda la ciudad. En tanto esto sucedía en la Tierra, una de las nubes encargadas de la lluvia se acercó a Aline y viéndola sin consuelo le dijo:
– Aline, realmente me conmueve la manera como has logrado penetrar en lo más profundo de Mario y ahora son uno, por que la tristeza que tu experimentas ha sido transmitida por él hacia ti por que tienen una conexión interminable, ahora ¡piensa! ¿Qué es lo que Mario mas desea? y ¿como puedes conseguirlo?
– Es que el desea tener amor y tu sabes que no podemos alterar los sentimientos de las personas- dijo desconsolada Aline – el amor es un sentimiento tan puro que yo no puedo alterarlo y lograr que una persona quiera a otra…. Pero ¡no soporto verlo así! Me parte el corazón tanto sufrimiento en una persona…. Si tan sólo él pudiera ver y sentir lo que yo he visto y sentido tal vez sería un poco mas feliz. Si supiera que bien se siente que te digan que te quieren eso le daría la felicidad.
– No Aline, cada persona debe vivir sus propias experiencias para comprender las sensaciones que provocan éstas, no serviría de nada que tú se las mostraras si al fin él no puede sentirlas. Tienes que llevarlo a vivir una experiencia única, inolvidable, inigualable, por la que él sepa que vale la pena luchar y vivir, una que le permita valorar lo que tiene y no pretender cambiar las cosas. ¡Escucha a tu corazón!
Aline observaba a Mario llorar y gritar, mientras ella pensaba, aunque sin mucha coherencia por el dolor, alguna alternativa para que él tuviera la felicidad en sus manos. Por fin Mario se durmió y Aline encontró una solución.
Aquella alternativa era drástica y arriesgaba el todo por el todo pero al fin después de tanto sufrimiento tenía que hacer algo.
Comenzó un día más y Mario realizó lo rutinario, se aseó, se cambió, desayunó, subió a su auto para dirigirse a la escuela; y ascendiendo las escaleras de la escuela era entonces donde Aline actuaría. Comenzó a subir y con torpeza dio un paso en falso y cayó por aproximadamente 20 escalones. Todos se asustaron bastante y corrieron en su auxilio.
– ¡Maestra! ¡Venga rápido por Dios! Mario se ha caído de las escaleras y no responde, está inconsciente- Dijo Pedro, uno de los compañeros de Mario.
La maestra entonces corrió y lo vio allí tirado, inconsciente y la lesión parecía grave. Rápidamente llamaron a servicios médicos quienes de inmediato lo transportaron al hospital mientras las autoridades localizaban a sus padres quienes se encontraban dando una conferencia de “como ser buenos padres” a kilómetros de allí.
Al llegar al hospital los signos vitales de Mario estaban muy alterados, se esperaba lo peor. Al fin, la vida cambia en un segundo.
Como por arte de magia y casi de manera imposible los padres de Mario llegaron al lugar, donde exigieron saber del estado de salud de su hijo a lo que el médico respondió.
– La caída de Mario se dio por que en su cerebro crece un tumor enorme que ha sido silencioso, aun no nos podemos explicar los motivos pero ahora el tumor es inoperable y esta tan avanzado que a su hijo le damos muy pocas esperanzas de vida. Lo mejor será que permanezcan aquí y esperen lo peor. El caso de Mario es irremediable.
Al escuchar esto los padres de Mario comenzaron a llorar desconsolados, lamentándose todos los años que viviera en el abandono, en la soledad, en tristeza y que creciera solo. Cuanto se arrepintieron de nunca haberlo procurado y de nunca haberle demostrado o siquiera dicho cuanto lo querían. ¡Que pronto se va la vida! ¡Que duro es el destino!
Se les permitió el acceso a la habitación de Mario quien permanecía conectado a diversos tipos de aparatos y, por supuesto, estaba inconsciente, aunque su espíritu podía ver y escuchar todo lo que hacían y decían. Pronto sus padres comenzaron:
– Hijo, se que es ahora un momento poco oportuno para expresar estas palabras, pero siempre has sido nuestro mayor orgullo. ¡Por favor no te mueras! Todo lo que hemos hecho lo hicimos por ti y por que tuvieras el nivel de vida que nosotros no pudimos jamás, aunque eso no justifique las pocas consideraciones que tuvimos contigo en cuanto a calidad de tiempo. Nuestros planes eran seguir trabajando y disfrutar juntos de tu adolescencia, pero ahora ya vez, nadie tiene la vida comprada y sólo queremos que sepas que te amamos mucho, mucho más de lo que un padre puede amar a su hijo, te pedimos perdón por todo lo que te hicimos pasar y siempre siempre te vamos a amar. Perdónanos por favor.
Dicho esto, una lágrima rodó por las mejillas de Mario y pocos segundos después, murió.
r /> Y desde esa noche triste y desolada se observan dos estrellas brillantes juntas muy cerca de la luna, una llamada Aline y la otra llamada Mario quienes juntas regalan a todos los niños el mejor deseo, el deseo de amar y sentirse amados.
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles