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Jul.2008
Un hombre se detuvo cerca de un jardinero que trabajaba con sus legumbres, preguntándole por qué las legumbres silvestres crecían fuertes y vigorosas, y las cultivadas flojas y desnutridas.
-Porque la tierra-repuso el jardinero-, para unos es dedicada madre y para otros descuidada madrastra.
Del interés que se ponga en un asunto, así se desarrollará y así será el fruto que se recoja.
Categoría: Cibercuentos, Fábulas sobre la Responsabilidad