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Abr.2008
Cuando los humanos vieron por primera vez al camello, se asustaron, y atemorizados por su gran tamaño emprendieron la huída.
Pero pasado el tiempo y viendo que era inofensivo, se envalentonaron y se acercaron a él. Luego viendo poco a poco que el animal no conocía la cólera, llegaron a domesticarle hasta el punto de colocarle una brida, dándoselo a los niños para conducirlo.
Es natural que lo desconocido lo tratemos siempre con recelo y prudencia. Después de varias observaciones podremos tener un juicio mejor.
Categoría: Cibercuentos, Fábulas sobre la Prudencia