29
Abr.2008
Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando:
— ¡Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido!
No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.