Twitter response:

Categoría: Cuentos infantiles de Halloween

Cuento de «el esqueleto de visita»
Un día conocí un esqueleto, en el parque. Estaba sentado en un banco de piedra, rodeado de palomas blancas, y sonreía, pensativo. Me pareció muy raro encontrar un esqueleto en pleno parque, dando de comer a las palomas, y tan risueño y tranquilo, como si se acordara de una broma, solitario, en mitad de la tarde. Yo trabajaba de cartero; ya había repartido las cartas del día, y me sentía algo aburrido. De manera que fui a sentarme a su lado, para distraer las horas. No demoramos en conversar. Me dijo que no tenía nombre. «Ningún esqueleto lo tiene», dijo, y cuando el sol desapareció detrás de las nubes rojizas, se lamentó del frío. Sus dientes castañeaban. Se puso de pie y me propuso que fuéramos a tomar una tacita de chocolate, en cualquier lugar. «Tranquilo –me dijo–. Yo invito». Lo contemplé de soslayo: no vi que llevara bolsillos, ni mucho menos dinero. Pero eso no me importó. Al fin encontramos un restaurante que anunciaba: Chocolate caliente a toda hora. Al entrar muchos comensales quedaron boquiabiertos. Algunas señoras gritaron; una de las meseras dejó caer una bandeja repleta de tazas; las tazas se volvieron trizas; varias rodajas de pan, queso y mantequilla, quedaron esparcidas por el piso. «¿Qué pasa?» pregunté, abochornado, aunque ya adivinaba a qué se debía aquel alboroto. «¿Quién es ése?», me respondieron a coro, señalando a mi amigo.

(más…)

Cuento del Cementerio
Cuando somos pequeños, una de las cosas que más nos impresionan y que a la vez menos comprendemos es la muerte. Y generalmente explicarles a sus hijos qué es la muerte y por qué existe es una de las tareas más difíciles que han de afrontar los padres. Yo os voy a contar cómo me explicó mi madre lo que era la muerte.

(más…)

Cuento de la Cruz del diablo

«Que lo crea o no, me importa bien poco.
Mi abuelo se lo narró a mi padre;
mi padre me lo ha referido a mí,
y yo te lo cuento ahora,
siquiera no sea más que por pasar el rato.»

El crepúsculo comenzaba a extender sus ligeras alas de vapor sobre las pintorescas orillas del Segre, cuando después de una fatigosa jornada llegamos a Bellver, término de nuestro viaje. Bellver es una pequeña población situada a la falda de una colina, por detrás de la cual se ven elevarse, como las gradas de un colosal anfiteatro de granito, las empinadas y nebulosas crestas de los Pirineos.

(más…)

La Bruja de la Televisión
La bruja apareció en la televisión y Tomás se asustó creyendo que en cualquier momento la bruja lo miraría directamente a los ojos para decirle que ella conocía todas las maldades que él había hecho durante ese día. Pero, la bruja encerrada dentro del televisor parece que ni siquiera se dio cuenta que Tomás la miraba y continuó como si nada, preparando sus embrujos.

Tomás entonces descansó un poco y se sintió mucho más tranquilo. Nadie le iba a contar a su mamá cuando llegara que se había comido todas las galletas que ella guardaba en la cocina, y podría perfectamente echarle la culpa a algún malvado ratón.

(más…)

La bruja piruja

Un buen día, hace ahora ya muchos y muchos años, los habitantes de la ciudad de Rosa se despertaron desconcertados por el ruido de las trompas del Rey, que abrían paso a los mensajeros, los cuales proclamaban:

– Por orden de su majestad, se hace saber la llegada a nuestra ciudad de la terrible bruja piruja. Con los adultos es inofensiva, pero dicen que tiene poder para eliminar a todos los niños que se le pongan por delante. Por tanto, por esta real orden, todos los niños se quedarán encerrados en su casa hasta que la bruja piruja haya desaparecido y, con ella, el peligro para nuestros pequeños.
(más…)

La Brujita Buena
Que buena era la brujita Carmencita, entre todas la brujitas que escondian los libros de los niños, les hacian comer muchos dulces, y les hacian pelear, ella era la que intentaba que las malitas, como Julieta, Panchita y Dorotea se portaran mejor. Pero no, no servia de nada.

Las tres brujitas malas reian y reian al ver a los niños peleandose y echandose la culpa los unos a los otros por aquel lapiz perdido, por aquel libro roto, o por que le habian pegado con la pelota por
la espalda.

Pero eran ellas, no eran los niños los que cometian tales travesuras.

(más…)

La Brujita Juvenil
En el bosque hay mucha oscuridad, incluso al mediodía pues los árboles detienen la luz del sol.

Más adentro del bosque, las ramas de los árboles parecen brazos y las raíces parecen piernas de unos gigantes.

En lo más profundo de este bosque hay un árbol particularmente extraño pues tiene dos nudos que parecen ojos, una pequeña ramita cortada que parece una nariz y un agujero profundo que parece una boca.

Este agujero no es muy grande y aunque cabe la mano de un niño, de ninguna manera cabe la mano de un hombre fornido.

(más…)