Un día se enteró que cerca del bosque vivía una bruja llamada Anacleta. La cual había convertido a un hermoso príncipe en conejo.
Feliz el ratón de haberse convertido en conejo salió al campo saltando, brincando y contento, pero no se había percatado que andaban unos cazadores persiguiendo a los conejos. Se vio tan asustado que se arrepintió de haberse convertido en lo que ahora era. Sólo se decía que siendo ratón era más feliz y no corría peligro alguno.
Tanta era su aflicción que volvió donde la bruja Anacleta a pedirle que lo regresara a su antigua forma, la bruja avergonzada le respondió que era imposible porque ella sabía convertirlo pero no regresarlo del hechizo.
El pobre y cabizbajo ratón volvió a su hogar arrepentido de lo deseado y vivir de esa forma por el resto de vida.
¿Qué enseñanza nos deja este pequeño y triste cuento?
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles