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El cofre de mariposas

La cálida brisa del verano se hizo notar en las flores ocultas que poco a poco florecían en el jardín de la casa, fue cuando María Cristina se mudo a la casa arrumbada de a lado, aún recuerdo el enorme camión estacionado entre el limite del jardín y su casa.
Al principio me molestó el enorme ruido causado por el arrastre de cajas, muebles y demás, después de algunos días me di cuenta que una pequeña de mi misma edad-diez años para ser exacto- Vivía con su padre. No fue hasta una semana después que comencé a  hablarle por casualidad. Era una niña muy hermosa, de rizos grandes, cabello castaño,  piel negra  y aterciopelada  como las princesas africanas, aun recuerdo aquel día ella se encontraba sentada en la banqueta fuera de su casa, tal vez fue su presencia o su gentil alma, la que me indujo a acercarme a ella , inicié entonces la  conversación:

-hola ¿Cómo te llamas?-pregunte, ella muy simpática con una sonrisa como de blancas perlas dijo:-María Cristina y tú- enseguida le dije-José Manuel- No se cuanto tiempo paso desde aquel momento, me hablo de la muy reciente muerte de su madre me contó que había fallecido porque una bala atravesó su corazón, pues en donde vivía se había desatado una guerra civil y por eso se cambiaron de domicilio, sus ojos se llenaron de lagrimas ,fue entonces cuando la abrase casi por inercia y la consolé, cosa poco usual en los niños de mi edad, en ese momento descubrí su perfume , era suave, cálido , tranquilizante. Cambie de tema para  ya no verla sufrir le pregunte –¿Qué te gusta?—ella respondió que la música, el baile pero sobre todo las mariposas.
Desde aquel día nos hicimos los mejores amigos del mundo, íbamos en el mismo salón de clases, ella iba a mi casa y yo a la suya .Su padre era un hombre de negocios  pero siempre se quedaba un rato a jugar con nosotros .El señor Bernardo papa de Mari Cris como yo le decía a María cristina. Era un señor alto de cabello oscuro y piel clara .Mari Cris siempre decía que sus cualidades eran una herencia de su madre.
En ocasiones cuando la clase era aburrida en una hoja del cuaderno dibujaba coloridas mariposa de colores y en las vacaciones de verano visitábamos lo jardines vecinos para ver a tan hermosos seres revolotear. Un día que fui a visitar a mis abuelos ya que ellos se dedican a la carpintería, mi abuelo me ayudo a hacer un cofre de madera y mi abuela lo pintaría de azul con mariposas blanca,  a mi regreso  le otorgue este cofre a Mari Cris, al día siguiente encontré una postal con mariposas revoloteando esta decía:
Si algún día llegase a faltarte
Y tu alma no encuentre consuelo
Toma esta postal y recuerda los momentos
Que vivimos juntos
Gracias
Mari Cris

La guarde sigilosamente para evitar las burlas de mi familia , un mes después y solo un mes después de tres años de mi vida juntos casi cuando íbamos a entrar a la secundaria , una aterradora noticia vino a nosotros .
Fue una tarde cuando corríamos por las aceras, ella se desplomo y se hizo evidente un sangrado nasal, aunque tenía muy poca fuerza para cargarla pero aun así la lleve a su casa, su papa la recibió y llamo al médico, pronto fui a mi casa a darle a mi familia la noticia… Mari Cris tenía cáncer.
Con la quimioterapia, niña de cabellos rizados y mejillas sonrosadas, perdía cada día su color, como cuando las rosas pierden sus pétalos o los árboles tiran sus hojas en otoño, pero sin embargo entramos a la secundaria juntos, siempre siendo amigos inseparables, yo la cuidaba con mucho esmero y la veía como una gema preciosa y delicada que no merecía rota ni maltratada.
Fue la entrada de la pubertad la que hizo enamorarme de ella, cuando me entere que se iba unos días a la ciudad para que la operaran me invadió la tristeza y justo el día que ella se marchaba, no pude resistirlo, un motón de sentimientos se acumularon en mi estomago, tal vez fue el descontrol del momento o el profundo latido de mi corazón que no me dejaba escuchar a mi cerebro, solo fue un instante antes de marcharse ,impulsivamente le bese sus labios y cuando me separe de ella ambos respiramos tan profundo , que descubrí entonces el primer amor inocente de la adolescencia , me abrazo tan fuerte subió al camión y solo saco una mano para despedirse.
Pronto llego una carta que la operarían muy pronto y volvería conmigo para ver las mariposas que revoloteaban en el jardín, seriamos novios a su regreso, además que me quería tanto, mas allá el infinito y yo no podía dejar de pensar en ella.
La noche de su operación  recuerdo que rezaba por ella pero me quede dormido, fue algo raro, de repente miraba por a ventana de un hospital, después caminaba por un pasillo has la sala de operaciones, entre por ella y vi una niña de cara angelical y muchos doctores a su alrededor todo iba buen hasta que algo salió mal, la palpitaciones de la niña se aceleraban entonces vino un paro cardiaco, los doctores hicieron lo posible por salvarla pero no se pudo.
Al acércame a esa persona mi corazón predecía quien era, el miedo me inundaba, lo que nunca me había imaginado en la plancha estaba mi linda Mari Cris muerta .Desperté al sonar el teléfono, mi mama contesto y yo me encontraba sudando por aquel sueño, mama se quedo atónita, no dijo nada al ver su expresión solo dije: Ya esta en un mejor lugar.
Al día siguiente fue su funeral. No llore vi su ataúd blanco, Mari Cris parecía un ángel, su papa estaba destrozado, la misa fue tan emotiva, pero aun así no llore; Dios me había arrebatado algo tan bello de mi vida que solo sentía rabia en ese momento, mi pensamiento era que mi primer amor estaba diez metros bajo tierra, Después de aquel día todo cambio.
De don Bernardo no supe mucho, se fue de la ciudad dicen que murió de tristeza, otros dicen que no soporto ver  a su  pequeña muerta y se suicido.
Un mes después entre la confusión y la tristeza revise tarjetas de cumpleaños y curiosamente vi la tarjeta de mariposas revoloteando, no pude contenerme mas y llore amargamente hasta perderme en un profundo sueño, en este sueño se me apareció Mari Cris vestida de Blanco y traía una hoja de cuaderno, me abrazo, me beso y tomo la hoja y con suavidad la puso en mi mano, cuando desperté al día siguiente la hoja de papel era una nota que decía:

Te amo y no quiero verte triste, ve donde estoy ahorita, una sorpresa te espera
Mari Cris
Me cambie lo más rápido que pude compre un ramo de rosas blancas, y se las puse en su lapida, junto a está estaba el cofre que le regale alguna vez, no pude resistirlo la tome y tenia un breve recado Para mi querido Manuel de Mari Cris. Al abrirlo cientos de mariposas revolotearon a mí alrededor, todas bellísimas y sentí la tranquilidad y serenidad como la vez en que la conocí
Los años pasaron y me volví a enamorar, me case y mi
primer hija tenia cabello oscuro y rizado, piel negra y aterciopelada como la de las princesas negras del África, tiene sus dientes de perla y le puse de nombre María Cristina como el amor de mi vida, algo muy curioso y yo nunca he hablado de esta historia es que también le gustan las mariposas.
De nuestra compañera Judith Bautista Ojeda , 18 años.